Leslie era una madre soltera de un pequeño pueblo en el oeste de Texas. Después de pasar años trabajando duro para mantener a su familia, además de sortear los desafíos inherentes a la vida en un lugar tan remoto, tuvo un golpe de suerte inesperado cuando ganó la lotería.
Leslie estaba emocionada, y se sentía con la libertad de dejar atrás la vida de las penurias. Así que despilfarró su dinero con una libertad poco común que resultó en una serie de compras bastante extravagantes. Después de algunos años, el dinero se había agotado, y Leslie se encontró sin nada que mostrar por su golpe de suerte.
A pesar de su situación desesperada, Leslie no estaba dispuesta a rendirse. Se trasladó a una ciudad más grande en busca de trabajo, y encontró un empleo como recepcionista de un hotel. Aunque el trabajo era aburrido, siempre hacía lo mejor para ser amable con los huéspedes.
En los años siguientes, Leslie se esforzó por mejorar. Tomó cursos de capacitación para mejorar su trabajo y multiplicar sus ingresos. Finalmente, se vio recompensada cuando fue promovida a asistente de gerente.
Leslie siguió adelante y se mudó a un mejor vecindario. Esta vez, fue más cautelosa con sus finanzas, y ahorró lo suficiente como para comprar un pequeño pero acogedor apartamento.