Cáit siempre ha sentido que algo no estaba bien en su familia. Desde muy pequeña, se dio cuenta de que su hogar no era como los de sus amigos. Los gritos y las peleas eran una constante, y aunque su madre intentaba protegerla, a veces no podía evitar que ella presenciara cosas terribles.
Con el tiempo, Cáit aprendió a vivir con esa realidad. Sabía que su familia no era perfecta, pero era lo único que conocía. Por eso, cuando sus padres le dijeron que pasaría el verano con una pareja de mediana edad que no conocía, no sabía qué pensar.
La idea de estar lejos de su hogar y de su familia le asustaba, pero al mismo tiempo sentía una extraña curiosidad por conocer a esas personas que, según le habían dicho, eran muy amables y cariñosas.
Cuando llegó el día de la partida, Cáit estaba nerviosa pero también emocionada. La pareja que la recibió en su casa la trató con mucha amabilidad desde el primer momento. Le prepararon su habitación con mucho cariño, le enseñaron los lugares más bonitos de la zona y la llevaron de paseo por la playa.
Cáit se sentía feliz en ese ambiente tranquilo y acogedor. Por primera vez en mucho tiempo, no tenía que preocuparse por los gritos y las peleas. Allí reinaba la paz y la armonía, y eso la hacía sentir muy bien.
Pero lo que más sorprendió a Cáit fue el amor que esa pareja le demostró. Ellos no eran sus padres, pero la trataban como si lo fueran. Le daban besos y abrazos, le preguntaban por sus gustos y sus aficiones, y siempre estaban dispuestos a escucharla.
Cáit se sintió muy afortunada de haber encontrado a esas personas. Gracias a ellas, pudo experimentar el cariño y la ternura que tanto había anhelado. Y aunque sabía que el verano acabaría pronto y tendría que volver a su hogar, guardaba en su corazón el recuerdo de esa pareja que le había hecho sentir especial y querida.
Con el tiempo, Cáit comprendió que el amor no siempre tiene que venir de la familia biológica. A veces, lo encontramos en personas que están dispuestas a darnos todo lo que necesitamos, sin pedir nada a cambio. Y eso es algo muy valioso, que no deberíamos dejar escapar.
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