La vida de Thelma se tambaleó cuando un terrible accidente dejó a su hijo Louis de 12 años en coma. Con el corazón roto y la esperanza casi perdida, Thelma decidió hacer todo lo posible para despertar a su hijo. Fue entonces cuando descubrió el diario de Louis y las «10 cosas que hay que hacer antes del fin del mundo» que había escrito en él.
Thelma sabía que no sería fácil completar la lista, pero la idea de mostrarle a su hijo todas las cosas maravillosas que la vida tenía para ofrecerla mantuvo motivada. Así que, armada con la lista de Louis, se embarcó en una emocionante aventura que la llevaría a través de diferentes lugares y experiencias.
La primera tarea en la lista era «ver una aurora boreal». Thelma no tenía idea de dónde encontrar una aurora boreal, pero no se rindió. Investigó y descubrió que la mejor época del año para ver una era en invierno, en una zona cercana al Polo Norte. Así que, compró un boleto de avión y se dirigió a Islandia, donde finalmente pudo ver la aurora boreal. Quedó totalmente impresionada por la belleza de la naturaleza y se sintió agradecida por haber tenido la oportunidad de verla.
La segunda tarea en la lista era «nadar en un mar bioluminiscente». Thelma investigó y descubrió que esto solo era posible en algunas partes del mundo. Finalmente, encontró un lugar en Puerto Rico donde se podía nadar en aguas bioluminiscentes y decidió ir allí. Una vez en el agua, se sorprendió al ver cómo las criaturas marinas brillaban en la oscuridad. Era como nadar en un mar de estrellas. Louis habría estado maravillado.
La tercera tarea en la lista era «visitar una isla desierta». Esta tarea resultó ser más difícil de lo que Thelma esperaba, pero finalmente encontró una isla desierta en el Caribe. Pasó unos días allí, disfrutando de la paz y la tranquilidad. Descubrió que la soledad puede ser hermosa y que a veces es bueno alejarse de todo.
La cuarta tarea en la lista era «montar en globo». Thelma siempre había tenido un poco de miedo a las alturas, pero decidió enfrentar ese miedo y hacerlo por su hijo. Así que, subió a un globo aerostático en Cappadocia, Turquía. La vista desde arriba era impresionante, y Thelma se sintió libre como un pájaro.
La quinta tarea en la lista era «ver las pirámides de Egipto». Thelma siempre había querido visitar Egipto, así que esta tarea fue fácilmente una de sus favoritas. Las pirámides eran majestuosas y misteriosas, y Thelma se sintió asombrada por su antigüedad y su belleza.
La sexta tarea en la lista era «ver ballenas en su hábitat natural». Thelma contrató un tour para ir al Océano Pacífico en busca de ballenas. Finalmente, pudo ver a estas majestuosas criaturas en su hábitat natural, saltando y jugando en el agua. Era una vista impresionante que Thelma nunca olvidaría.
La séptima tarea en la lista era «visitar un templo en Japón». Thelma nunca había estado en Japón antes, así que esta tarea también fue una de sus favoritas. Visitó el Templo Sensoji en Tokio y se sintió abrumada por la paz y la belleza del lugar. El templo estaba lleno de detalles intrincados y hermosos, y Thelma se sintió agradecida por haber tenido la oportunidad de verlo.
La octava tarea en la lista era «pintar un mural». Thelma no era exactamente una artista, pero decidió que pintar un mural sería una tarea divertida. Encontró un lugar donde los artistas podían pintar murales en una pared pública y se unió a ellos. Pintó un hermoso mural de un paisaje y se sintió orgullosa de haber creado algo hermoso.
La novena tarea en la lista era «ver una obra de teatro en Broadway». Thelma compró boletos para ver «El Rey León» en Broadway. La actuación fue increíble y Thelma se sintió feliz de haber tenido esta experiencia única.
La décima y última tarea en la lista era «hacer una fiesta sorpresa». Thelma decidió que lo mejor sería hacer una fiesta sorpresa para su hijo, en caso de que despertara del coma. Así que organizó una gran fiesta, con amigos y familiares, y decoró la habitación del hospital con globos y serpentinas. Aunque Louis no despertó en la fiesta, Thelma se sintió feliz de hacer algo especial para él.
Finalmente, después de completar todas las tareas de la lista, Thelma regresó al hospital, esperando que su hijo hubiera despertado. Pero no fue así. Sin embargo, Thelma se sintió agradecida por las experiencias que compartió con su hijo, aunque fuera solo en espíritu. Sabía que había hecho todo lo posible por él y que nunca olvidaría la aventura que tuvo completando las «10 cosas que hay que hacer antes del fin del mundo».