Zaida es una niña de diez años que vive en un barrio pobre junto a su padrastro. No tiene muchos amigos y prefiere pasar sus días leyendo libros de ciencia ficción. Su vida cambió cuando conoció a su vecino Jonás, un viejo solitario que siempre la recibía con una sonrisa.

Jonás era un hombre peculiar. Vivía solo en un pequeño apartamento que decoró como una nave espacial. Creía estar en un planeta extraño y lejano llamado Kepler Sexto B, y se autoproclamaba astronauta de la NASA. Zaida se reía de sus historias, pero le encantaba escucharlo hablar de sus aventuras en el espacio.

A pesar de que la gente del barrio se burlaba de él, Jonás seguía firme en su creencia. Zaida era la única persona que lo escuchaba con atención y se interesaba por su mundo imaginario. A menudo, ella se sentaba con él en su pequeña nave espacial y juntos exploraban el universo.

Zaida aprendió mucho de Jonás. Él le enseñó sobre los planetas, las estrellas y las galaxias. También le habló del proyecto SETI, la búsqueda de vida extraterrestre, y de la importancia de la exploración espacial. Cada vez que lo visitaba, Zaida se sentía como una astronauta en entrenamiento.

A pesar de la felicidad que le traía su amistad con Jonás, Zaida seguía siendo una niña solitaria. A menudo se preguntaba por qué su madre había muerto y por qué su padre no estaba cerca. Su padrastro hacía lo que podía por ella, pero no era lo mismo que tener a sus padres biológicos a su lado.

Un día, Jonás le dijo a Zaida que estaba trabajando en un proyecto secreto. Le pidió que lo ayudara a construir un dispositivo que le permitiría comunicarse con su planeta natal, Kepler Sexto B. Zaida estaba emocionada por la idea de ayudar a su amigo y aceptó el desafío.

Durante las siguientes semanas, trabajaron juntos en el proyecto. Jonás le explicó a Zaida cómo funcionaba el dispositivo y le enseñó a soldar y a hacer conexiones eléctricas. A pesar de que Zaida tenía que esforzarse mucho para entender todo lo que le decía, estaba decidida a ayudarlo.

Finalmente, el dispositivo estuvo listo. Jonás y Zaida lo probaron juntos, esperando escuchar alguna señal del espacio. Durante unos minutos, todo fue silencio. Pero de repente, un sonido extraño comenzó a salir del dispositivo. Era una secuencia de tonos y pitidos que Jonás aseguró que venían de Kepler Sexto B.

Zaida se quedó sorprendida. ¿Cómo era posible que estuvieran recibiendo una señal de un planeta a años luz de distancia? Jonás le explicó que el dispositivo funcionaba como un traductor, convirtiendo las señales del espacio en sonidos audibles. Pero lo más importante era que habían demostrado que no estaban solos en el universo.

A partir de ese día, Zaida comenzó a ver a Jonás de manera diferente. Ya no era solo un vecino excéntrico, sino un verdadero amigo y mentor. Juntos, siguieron explorando el universo y soñando con lo que podrían encontrar en otros planetas.

Para Zaida, la amistad con Jonás fue un rayo de luz en su vida solitaria. Aprendió que la imaginación y la curiosidad podían llevarla muy lejos, y que siempre había algo nuevo que descubrir en el universo. Y aunque nunca llegó a conocer a su madre, sabía que tenía a alguien en su vida que la quería y la apoyaba.

Conclusion

La historia de Zaida y Jonás demuestra la importancia de la amistad y de tener a alguien que te escuche y te comprenda. Aunque vivían en un barrio pobre y no tenían mucho, encontraron la felicidad en la exploración del universo y en el amor que compartían por la ciencia ficción. Kepler Sexto B puede haber sido solo una invención de Jonás, pero para Zaida fue una puerta a un mundo de posibilidades.